Ignotas
Alex Schweg
… sí, ellas viven en el fondo del mar, son unas
mujeres dolientes, gemebundas, de cuyos arenosos ojos brotan desde hace
milenios incontenibles lágrimas…
La embarcación surgió de la niebla, arrastrada por las corrientes que la
habían atrapado. A bordo, sus 40 tripulantes miraban impávidos como la nave se
acercaba a los parajes de aquellas criaturas.
La intensa calma que reinaba
constituía un claro indicio y el miedo empezaba a reflejarse en los rostros de
aquellos hombres. De pronto, el vigía señaló al horizonte, "ellas" habían
sido avistadas.
Sus cuerpos emergían a la superficie y las olas estallaban
sobre sus blancos pechos. Los marinos veían despavoridos como las mujeres se
estiraban y retorcían, tendiendo sus garras sobre las rocas, mientras sus horridas
cabelleras se agitaban al viento. Parecía que el pánico haría perecer a la
tripulación pero, de repente, la sensación de espanto desapareció cuando las
vieron gesticular, inútilmente, sus cantos inaudibles. Los hombres rieron al
advertir sus rostros ansiosos e impotentes. Ellas, al darse cuenta de que sus
cantos no lograban detenerlos, se lanzaron rabiosas contra la nave, clavando
sus garras en el casco. Había una angustia terrible en sus intentos por detener
el navío.
El júbilo de la tripulación aumentaba. El barco navegaba, se iban alejando
de ellas, de aquel paraje. Desde la popa los marineros aun podían ver los ojos
de aquellos seres, arados en lágrimas y gesticulando inútilmente.
Pensaron que todo era parte de las historias que ellos solían escuchar: lo
pensaron hasta el momento en que el navío se precipitó al abismo. Hasta que
llegaron donde el mar se vacía en insondable oquedad.
… habitan las regiones más hondas y oscuras del
océano. Son tantas, que la triste congoja de sus pechos forma el vaivén de
espumas que llega hasta las playas.
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Ilustración: Gorki