Tango


Tuve que bailar el tango,
el complicado tango del amor,
solo.
Fue difícil. Casi imposible.
En vano se hacen círculos
con la punta del zapato
sin sentir la larga pierna
femeninatorneada, hermosa,
ágil, flexibleaprisionando
el costado para controlar los giros.

Así tuvo que ser.

Hacer el amor unilateral significó
habitar siempre la costa del dador.
Significó
acariciar en temblores eróticos
centímetro a centímetro
la hermosa geografía desnuda
tendida en todo su esplendor
como fría maja goyesca
de perfectas proporciones,
para luego ahondar donde cuenta
con dedos, labios,
lengua, todo.
Todo.
Todo sin el menor asomo
de la reciprocidad.

Todo
como quien baila
un tango
solo.



​​Carlos Verdecia


Foto: Tango, Wikipedia


​​Carlos Verdecia
. La Habana, 1935. Periodista, escritor y poeta. Fue periodista por trece años en The Miami Herald, Director del Nuevo Herald y Profesor de Periodismo en Florida International University. Ha publicado La escalera de incendios (1995) y Conversación con Heberto Padilla (1992). Tiene en proceso de publicación Balada de jazz en La Habana (novela) y A oscuras en la habitación (cuentos).​​​​