Sol en el agua y paz. (Y este deseo mío tan extraño de irme en todos los barcos que se van.)
Marinera de muchos barcos de infinitos puertos eso he sido desde niña Desde que las mariposas se perdían en aquel jardín francés de mi infancia Desde que conocí a mi hada en el cantero de un centro comercial El hada que me descubrió los tesoros de mi pecho y nunca más volví a ver Desde que jugaba en el patio de los higos entre los castillos que formaban sus ramas Un patio inmenso sólo limitado por los conejos y los gatos Desde que vi el mar por primera vez y después muchas veces más siempre distinto siempre tan igual a mi corazón A un corazón tan pequeñito donde casi no cabían las tormentas que nacían y morían en él Por eso el mar me regaló la laguna roja oculta en un bosque de uvas caletas roja como la sangre -pensaba yo- y mía sola No -me respondió- también de los pájaros los peces y los sueños
Vengo de cruzar los siete mares primero como Honorata después como las princesas hadas y corsarios de mis mejores cuentos He penetrado en todos los árboles volado con los pájaros nadado con los peces He conocido todas las orillas y por ajenas que fueran no les he tenido miedo Para mí de algún modo todas han sido hermosas
Mucho después penetré en el corazón del hombre y creció mi deseo de hacerme un barco que cruzara sus ojos Ese deseo mío -tan extraño- se me dio y vi que todos los corazones eran un solo corazón que todos los dolores eran un solo dolor que de alguna manera ese ir y venir de puertos distintos me enseñaba a refrescar el desconsuelo a comprender la alegría
No quiero amarras quiero navegar por oscuras ensenadas y puertos abiertos al sol me guía su reflejo en el agua el resplandor de su paz
VI
Solo clavándose en la sombra, chupando gota a gota el jugo vivo de la sombra, se logra hacer para arriba obra noble y perdurable.
A tientas anda mi alma a tientas por un laberinto oscuro de paredes interminables y piso de agua
Los ojos cansados de esperar reconocen el vacío el largo lento inagotable vacío el vacío sin prisa devorador de respuestas de tiempos de cuentas mal sacadas de corazones con reloj
El vacío devorador del fuego de las entrañas y por fin de las cadenas (dicen que de las cadenas por fin)
...no se puede ser todo flor..., y el que no ponga el alma de raíz, se seca.
Ya ni siquiera queda la raíz ni el recuerdo de la sequedad Es como irse volviendo polvo y sentir que te soplan de a poquito hacia un vacío blanco con olor a naves quemadas a salto desnudo
No hay eco no se oye una voz ni se ve ni se siente ni se sabe Es morir una muerte ajena por amor por una promesa de luz