Conversación
con un ciervo
(Entrevista a Félix Luis Viera, autor de La que se fue, antología recientemente publicada de su obra poética.)
No se si será fácil conversar con un ciervo, normalmente se escabulle al
menor ruido, está atento al mínimo movimiento que ocurra a su alrededor,
olfatea el peligro con precisión, es un animal sensible que tiene el gran
mérito de recorrer grandes distancias sin agotarse, y sabe eludir la muerte,
aunque a veces sea superado por las trampas humanas. De todas maneras, me voy
al bosque, caminando en puntillas, y allí encuentro al ciervo que busco,
tranquilo sobre el remanso.
CKA
-Ante todo la Poesía, esa llave
filosófica que desde los orígenes abre las puertas a la indagación. ¿Puedes
definirla tal y como la sientes?
FLV
-Coincido con la introducción a la pregunta: "…llave filosófica [la
poesía] que desde los orígenes abre las puertas a la indagación". Cualquier
respuesta que yo dé a continuación no supera a esta máxima.
Pero bien. Yo no creo en la "inspiración poética", en que unos
duendecitos o unos pajaritos vienen a decirte las cosas en los oídos sólo en el
momento indicado. Mas, respeto a quienes afirman que así sienten el "acto del
poema"; no todos somos iguales, claro.
Creo, o siento, una especie de excitación (no inspiración) que me lleva
a intentar escribir el poema (o los poemas, porque en mi caso rara vez me
"agrede" un solo poema, sino una cuadrilla); una excitación como otras, como la
sexual digamos. Es decir, la poesía "la siento" como una necesidad biológica, en
alguna medida, y la llevo a cabo entre dos luces: la necesidad antes dicha y
ese afán de creer que es importante lo que quiero decir –para unos pocos, ya se
sabe– por medio del poema. Lo que ya sabemos: un acto del intelecto y del
corazón a la vez; y de las vísceras, podría agregar, para ser congruente con lo
antes aludido. Algo, la poesía, que debe tener de alguna manera, y en cierta
medida, valor utilitario, sin que esto signifique imponerse determinada
autocensura para lograr este valor. Dentro de la creación literaria, la poesía
es la Dama de la Pureza y los poetas los más puros de los escritores, puesto
que ni ella ni él tienen por qué venderse: gozan de poca demanda. Si la poesía
(el poema escrito y publicado digo) fuera tan demandada como otros géneros, ya
no sería tan pura, tendría razones para prostituirse. Claro, ha habido
excepciones en cuanto a "masividad" de algunos libros o algunos autores
–siempre, no obstante, muy relativa en cuanto a magnitud–, y las hay, pero,
salvo muy honorables rarezas, no se ha tratado de poemas y poetas, sino de
comerciantes. La pregunta sería: ¿alguna vez la poesía se convertirá en un
género mayoritario y aun así conservará su pureza, su valer artístico, su
capacidad subversiva?
La poesía, el poema, tienen pocos "consumidores". Sin embargo –como
puede ocurrir con otras disciplinas artísticas y humanísticas–, estos pocos van
regando por el mundo las esencias de la poesía leída; de modo que no se sabe a
cuántas personas, en realidad, llegará un libro de poemas de modesto tiraje. He
ahí la relatividad.
CKA
-Dices que los más
puros de los escritores son los poetas, puesto que no tienen por qué venderse,
sin embargo, a través de la historia vemos ejemplos notorios que podrían
contradecir esta idea. ¿No piensas que algunos, incluso muy reconocidos, por
congraciarse con el poder existente o por oportunismo, han escrito grandes alabanzas
poéticas a regímenes totalitarios o a sus líderes?
FLV
-Digo que la poesía y los poetas, en relación con los
demás géneros literarios y autores, son los más puros porque, de modo general,
no dependen de un mercado. Por ejemplo, las grandes y medianas editoriales
privadas ni se ocupan de la poesía, no la tienen en los catálogos ni en sus
corazones. Es decir, la poesía no da dinero, así que no tiene que quedar bien
con nadie. No sé si esos ejemplos notorios que tienes en mente son los mismos
que tengo yo; de ser los mismos, creo que esos autores, en su momento,
escribieron esos poemas creyendo en lo que escribían. Porque, vamos a ser
sinceros, los poetas son personas por lo general muy sensibles e inteligentes,
es cierto, pero también, muchos de ellos –tal vez la mayoría–, son muy pasionales,
muy sanguíneos. Salvando la distancia que me separa de esos "autores muy
reconocidos", no tengo miedo de ponerme de ejemplo: en mi libro Prefiero los que cantan hay poemas de
"alabanzas poéticas", escritos a
finales de la década de 1970. Me
equivoqué, lo cual hoy asumo en el poemario que debo concluir creo que dentro
de poco: "debes tirar a un infiernillo/ los poemas en que alababas al hermano
mayor/ que luego fue el Tirano", dicen unos versos de este poemario, que estoy
citando de memoria. Hace poco, en un blog de una persona que no conozco,
alguien que tampoco conozco mencionaba mi nombre y el de otros para ponernos
como ejemplo de quienes, en su momento, escribieron ese tipo de cosas aupando
en alguna medida al proceso revolucionario cubano y a su "antilíder" (ya no
sería yo capaz de escribirlo sin este prefijo)
porque tenían fe en ese fenómeno, "lo hacían de corazón", o algo así
dice quien escribe en el blog.
Ah, bueno, que el poeta, como ser humano, como Nombre, se
venda a un gobierno totalitario para obtener prebendas, de esos tenemos unos
cuantos allá en Cuba hoy día, lo cual escribí en algún artículo por ahí. O sea,
no valen nada como seres humanos, piensan una cosa y dicen otra frente a las
esferas del Poder, o por lo menos le hacen el juego a éstas mintiendo con el
silencio ante una afirmación de la oficialidad. Sin embargo, los poemas de
estas personas, y de eso se trata mi respuesta, no se insertan a favor de la
política ante la que se inclinan, y por supuesto, tampoco en contra.
Claro, puede haber algunos que hayan escrito, como dices,
"alabanzas poéticas por oportunismo…" "por congraciarse", no porque en realidad
lo sientan, y pueden ser muy reconocidos por esto mismo, por el impulso que, a
cambio, les han dado "los regímenes totalitarios", pero de verdad, de verdad,
más allá de eso no son "reconocidos como buenos poetas", sino más bien como
buenas putas.
CKA-Sí, desde luego, aunque cuando te hice la pregunta pensé
más bien en ciertos poetas soviéticos, no precisamente en aquellos de la Cooperativa moscovita de escritores,
fundada por Esenin, que surge en una época apasionada, de auténtico fervor idealista
y de rompimiento con movimientos como el Imaginismo, sino de esos otros como
Mayakovski,
prácticamente un
gendarme de la nueva lírica, o
Marina
Tsvietáieva, que escribe su Oda a Stalin
quizás para ofrecer una imagen de conciliación con el poder revolucionario, en
esencia porque le habían censurado sus libros y su marido e hijo se encontraban
encarcelados. De esos ejemplos hay muchos, en Italia y Alemania bajo el
fascismo, en la antigua Roma o Persia, y en nuestro patio… pues esos los
conocemos muy bien, de pronto recuerdo el famoso Che Comandante, de Nicolás Guillén.
FLV
- Mayakovsky
creía en esa cosa y, sin embargo,
Lenin llegó a detestarlo. Luego Mayakovsky dejó de creer y ya sabemos lo que pasó. Lo otro que dices es muy cierto, en Italia
ocurrió mucho y en la URSS, pero aquí en algunos casos hubo presión y
exigencias a cambio, la vida peligraba, no
sólo era el encarcelamiento, también la amenaza. Sobre la oda de Guillén al Che, fue por encargo,
pero Guillén creía en la "causa revolucionaria" (no sé si hoy, si estuviera
vivo, seguiría creyendo). Lo que le hizo mucho daño fue que el gobierno
revolucionario lo proclamara el Poeta Nacional, un disparate estalinista, y le
otorgase tanto poder, lo indujera al aburguesamiento. Claro, de estar en su
lugar, creo que muchos hubieran dudado en aceptar ese título, porque era algo
demasiado "politizado", era como designarlo Ministro de la Poesía o algo así.
Lo que no debemos dudar es que Nicolás Guillén era, o es, un gran poeta. Como
lo hizo Tsvietáieva, otro poeta
reconocido como grande, Pablo Neruda, escribió Oda a Stalin, algo terrible, pero así es esto.
CKA-Efectivamente,
y a Maiakovsky llega un momento en que lo marginan, incluso se atribuye su
suicidio a la gran depresión que sufre por haberse desilusionado de la revolución, amén de otros problemas
existenciales y amorosos que venía arrastrando (curioso, son varios los poetas
suicidas de la Rusia soviética) pero recuerda que aun así, cuando muere
Lenin, le compone su famosa elegía Vladimir Ilich Lenin, algo que
hace pensar en un coqueteo con el gobierno, un "cuidarse la espalda",
pero como esto puede ser subjetivo, mencionarlo como un hecho es especular
sobre las emociones o el ideal del poeta, que aunque avasallado, puede que
todavía creyera en el discurso revolucionario. Por otra parte, ya
sabemos que la peor etapa represiva bajo el poder soviético,
ocurre a partir de Stalin, porque la primera etapa fue más bien un período de
idealización en el que se deseaba romper con los moldes
burgueses y decadentes, (Maiakovsky empleó frases similares cuando juzgaba
a ciertos poetas) aunque no
sólo en la Poesía, sino en todas las Artes.
FLV
- Cuando
lees Lenin (o Elegía a Vladimir Ilich Lenin) –en español, claro, que es como
hemos leído este texto– al menos para mí, lo que rezuma este poema es
sinceridad. Aún Maiakovsky, ponderando el debe y el haber, ponía este último a
favor de Lenin, dejando de lado, ¿por desconocimiento?, los excesos de quien no
pocos horrores perpetrara en "beneficio del porvenir". Lenin, el gran
destructor de las principales líneas político-filosóficas de Carlos Marx, tal
vez fuera el iniciador de la máxima: "Dile que sí a todos y, después que
tengamos el poder, les damos con la hoz y el martillo hasta reventarlos". Fidel
Castro, en cuanto a la marrullería se refiere, tuvo en Lenin a su gran maestro.
Lenin
tiene el raro mérito de haber echado a andar un largo camino que regresaría al
punto de partida. Y nadie puede asegurar que esto, a fin de cuentas, no haya sido
beneficioso. Se aprende. Duele, ha costado millones de muertos en muerte y
muertos en vida, pero ha sido una "lección" dolorosamente necesaria para la
Humanidad. Mas, quienes dan pie a los Lenines, a los Castros, a los Chávez, son
aquellos que les crean las condiciones para que surjan.
Yo sigo
pensando que Maiakovsky fue un poeta de alto vuelo y lleno de confusiones;
confusiones que, como se infiere de tu pregunta, eran muy probables en aquella
época.
CKA
- Gibrán dijo
en su magnífico La voz del Maestro, que la humanidad está dividida en
dos grandes hileras, la de los que escalan cuando en realidad están
descendiendo, y la de los que ascienden como si fueran arrastrados por algún
poder mágico e irresistible, ¿a cuál de las dos perteneces?
FLV-
Creo que debemos partir de que esta sentencia de
Khalil Gibrán es un poco esquemática. Con el mayor respecto a este
honroso maestro de la filosofía y de la poesía, la humanidad, los grupos
humanos, el hombre, se dividen y se redividen en tantas vertientes que sería
muy largo el cuento.
Pienso que escalar cuando
en verdad se está descendiendo es muy aplicable a tantos que van hacia arriba,
en busca de algo glorioso, o al menos sobresaliente, sin reparar en los medios
que utilizan; es decir, a toda costa, machacando la sangre ajena si es preciso.
Entonces, claro, descienden en "la escala humana". Por supuesto, esto no sería
más que una de las tantas interpretaciones que podría dedicársele a la frase en
cuestión.
¿Ascender por algún poder mágico e irresistible? Creo que puede
haber, o hay, algún poder irresistible que te haga luchar sin descanso por
alcanzar, ascender, hasta ese punto que consideras que es tu razón de ser. Pero
eso no significa que este poder "irresistible" (terrenal, del ´más acá´,
supongo), baste para llegar a la cima que anhelas. En lo "mágico", en lo
"mágico" literalmente, no creo.
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