Soneto
Para Elena Tamargo
Paralela a los trenes que hacia la dicha ruedan
pasó tu corta vida con más luces que sombras,
pasó, y en el dibujo de místicas alfombras
tus ardides de niña desdibujados quedan.
Un Eleguá pequeño hizo contigo el viaje
al que le dedicabas boleros preferidos
e inusuales, visitas de poetas ya idos
pagaron tu boleto y compraron el traje
con el que Ana Ajmátova te recibió en la luna.
No fue en los hospitales donde quedose alguna
anécdota de ti sino en los parques breves
donde creció la yerba y forjó su fortuna
quien te amó alguna vez y sació en su laguna
el deseo de ti en los días que llueves.
Juan Carlos Valls Hernández