El sabor del caimito
Me gusta la fruta en la montaña
bajo la sombra de un framboyán
entre líneas de cafeto
Prefiero el caimito
despulpar con mis labios
el dulce rodeando
la circunferencia de los sentidos
después de la lluvia
El confuso encanto de la papaya
Cambiaron el título y la magia de tu carne
Negaron tus colores enigmáticos
escarnio de mi batido preferido
Descartando las semillas
comprendo la ironía
Fruta de entrepiernas
gustillo tan ansiado
Andas por los mundos
con placer de hechizo
Mientras degusto
un licuado de fruta bomba.
El beso del marañón
Convertida en semilla horneada
pierdes tu voluptuosidad
caricia multicolor
de boca menguada
riñón agotado
labios de un beso
que perdió su forma.
Julio Benítez. Cuba 1951. Fue profesor de la Universidad Pedagógica de Guantánamo, su ciudad natal. Premios literarios: Frank País, Rubén Martínez Villena, Regino Boti y Tomás Saviñón repartidos en los géneros de cuento, poesía y crítica literaria. Ha publicado las novelas La Reunión de los dioses y Las Tres Muertes de Gurrumina Robinson, así como los poemarios EL libro de Islenira y El rey mago. El texto de cuentos, En Glendale no hay ladrones y la colección de ensayos: EL libro Mágico. Aparece en varias antologías de poesía y narrativa . Sus trabajos críticos han aparecido en la Revista Cultural Hispanoamericana, La Luciérnaga Online y otras publicaciones cubanas y norteamericanas. Es maestro de Secundaria Básica en Los Ángeles, California.
Obra: Papaya Tree, Isla Morada,
de Thomas Fundora