C. Karin Aldrey, "Caballo Galáctico¨, técnica mixta sobre lienzo
La mordida del caballo
Lo cierto es que quiero recordar aquella tarde. Aunque parecía ser siniestra para los habitantes de C8963, para mí era sólo un manto de oscura seda flotando en el cielo.
Desde que las nubes desaparecieran siglos atrás y la lluvia dejara de visitarnos, el planeta
permanecía callado, sin sombras. Varias generaciones conocían el agua por fórmulas,
otros a través de los archivos oficiales, pero yo la había soñado y sentido en aquel viaje
que ni siquiera se documenta. El agua era un mito, un símbolo de siglos desastrosos, de
hombres irracionales y animales dependientes que entorpecían el progreso.
Aquella tarde un caballo de crin revuelta apareció en el horizonte, amenazador,
apocalíptico. Sólo unos pocos sabían que era una nube, y cuando se convirtió en lluvia,
nadie pudo sentirla.
Carmen Karin Aldrey
Lo cierto es que quiero recordar aquella tarde. Aunque parecía ser siniestra para los habitantes de C8963, para mí era sólo un manto de oscura seda flotando en el cielo.
Desde que las nubes desaparecieran siglos atrás y la lluvia dejara de visitarnos, el planeta
permanecía callado, sin sombras. Varias generaciones conocían el agua por fórmulas,
otros a través de los archivos oficiales, pero yo la había soñado y sentido en aquel viaje
que ni siquiera se documenta. El agua era un mito, un símbolo de siglos desastrosos, de
hombres irracionales y animales dependientes que entorpecían el progreso.
Aquella tarde un caballo de crin revuelta apareció en el horizonte, amenazador,
apocalíptico. Sólo unos pocos sabían que era una nube, y cuando se convirtió en lluvia,
nadie pudo sentirla.
Carmen Karin Aldrey