Ando con los últimos restos
del naufragio
Los llevo apretados
a mi costado
cuento cada minuto
de ausencia
pienso si valió la pena
Descubro la sordidez
ese buscar sin llegar
lanzar emociones
sin destino preciso
Me duelo de mi
porque ya no se donde poner
esta mariposa muerta
el luto me ha pintado
de negro la sonrisa
se ha desplazado al mismo centro
Ahora debo clavar alfileres
hacer un gran círculo
danzar esperando el sol
purificarme
salir
buscar el mar
Mi amor es un peregrinar perpetuo
no se donde será la última parada
si terminará mi caminar
Estoy llena de sensaciones
mi piel extraña, el toque preciso
la ternura colgando de los dedos
silencios cómplices
almas gemelas agonizando en el olvido
Mi amor es la punta de mis pies
sobre una cuerda floja
buscando el equilibrio
acrobacia mirando hacia el abismo
luz que se diluye
hasta convertirse en sombra.
La que fue mi casa es un amasijo de hojas secas
plantas pidiendo auxilio para no morir de sed
El tiempo la aplasta con zancadas de olvido
trata de asirse a mi memoria
-intento de prolongación
levita sobre fantasmas
Sostiene un retoño verde
busca el sitio vacío de la esperanza
la lluvia unta sus paredes muertas
las sostienen un ejército
de mariposas nocturnas
Mis ojos son un puñado de sal
castigo por dejar escapar tantas cosas
La que fue mi casa es habitada por seres ajenos
que ignoran como fue de dura la batalla
no tengo fuerzas para ver el derrumbe
la partida es inminente no debo mirar atrás.
Miriam Bermúdez
Miriam Bermúdez. La Habana, Cuba. Ectriz y poeta. Estudió actuación en Pinar del Río. Trabajó en el grupo de teatro Rumbo de Pinar del Río desde el año 1980 hasta 1994, fecha en que salió de Cuba. En la ciudad de Miami trabaja como actriz en diferentes espacios, entre ellos el Teatro Akuara y Habana Fama.